Vapear vs fumar es una discusión que se da cada vez con más fuerza, y es en parte por la popularidad que han conseguido los cigarrillos electrónicos como opción más sana, económica y placentera, sin riesgos propios ni para terceros.
Si estás empezando a vapear porque querés abandonar el consumo de los cigarrillos convencionales, es probable que alguien te diga que “estás haciendo prácticamente lo mismo, ¿cuál es la diferencia?”. Y ahí se debe respirar profundo antes de responder, ya que son muchas.
No son lo mismo: salud, sociabilidad y economía
Para empezar, vapear un cigarrillo electrónico y fumar no es lo mismo. En el humo proveniente de la combustión generada al pitar un cigarrillo tradicional libera miles de toxinas dañinas para el organismo, productoras de decenas de enfermedades cancerígenas.
La nicotina contenida en el tabaco es un químico totalmente nocivo, y su presencia en los cigarrillos tradicionales es totalmente perjudicial para la salud, siendo justamente el factor fundamental de la adicción que generan.
El vapeo, en cambio, presenta otro proceso de consumo. Lo que se inhala es el vapor generado al calentar un líquido aromático libre de toxinas, que puede tener o no nicotina, pero incluso los valores de nicotina que pueden tener algunos e-liquids son infinitamente menores, y sus compuestos son de origen natural.
Es decir, el vapeo reemplaza el hábito pero abandonando los riesgos. A su vez, no existe el vapeo pasivo tal como si es habitual –y molesto- la figura del fumador pasivo que, sin fumar, recibe las toxinas del humo en el aire si comparte un espacio con un fumador.
La parte económica en el vapear vs fumar también es una variable que suele ser ignorada justamente por quienes defienden los intereses tabacaleros. Tu presupuesto mensual nota enseguida la diferencia entre comprar una caja de cigarrillos diariamente a solo tener que cambiar tu líquido para vapear ocasionalmente.
Vapear no es fumar
Ausencia de tabaco y de toxinas, exhalación de vapor y no inhalación de humo, poder compartir eventos sociales disfrutando el placer de vapear y no generar incomodidad por prender un cigarrillo, cuidar tu economía como beneficio colateral de cuidar tu salud.
Como decíamos al principio, las diferencias son muchas y se vuelcan a favor de optar por vapear antes que seguir fumando. Y es una apreciación objetiva que no resiste mucha discusión, y que se tiene que dar para seguir evitando las decenas de miles de muertes que genera por año el tabaquismo.
Mientras se continúan realizando los estudios científicos sobre los posibles riesgos que pueda inferir el vapeo, está claro que están muy lejos de ser los mismos que los que genera fumar. De hecho, primeras investigaciones resaltan un 95% menos de daños.
En todo el mundo va creciendo la popularidad del cigarrillo electrónico mientras cae notablemente el consumo del convencional. Vapear vs fumar pasará pronto a ser una discusión saldada, y será más fácil elegir una actividad placentera que no conlleve un riesgo para nuestra salud y la de quienes nos rodean.
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