A pesar de que el tabaquismo genera cerca de 40.000 muertes por año en el país, se pueden comprar cigarrillos en cualquier kiosco. A pesar de que el vapeo ha ayudado a miles a dejar de fumar, el cigarrillo electrónico está prohibido en Argentina.
Esta situación que resulta insólita, es lamentablemente real. Siguiendo el lineamiento arbitrario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en nuestro país el vapeo es ilegal. Sin embargo, tranquilos: hay buenas noticias en el horizonte.
¿Qué pasa con el cigarrillo electrónico en Argentina?
En 2011 se decretó que la venta, distribución, importación, publicidad y promoción de los cigarrillos electrónicos y el vapeo están prohibidas en territorio argentino. Esto se dio luego de una disposición de la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Diez años después, esta situación resulta irrisoria. Es el desperdicio de una década donde han cambiado legislaciones alrededor del mundo y en la que las investigaciones siguen arrojando resultados positivos favorables al vapeo para enfrentar las consecuencias del tabaquismo.
Como si fuera poco, muchas campañas que apuntan a los perjuicios que genera la adicción al cigarrillo tradicional lo equiparan al cigarrillo electrónico para argumentar su prohibición en Argentina, y solo logran confundir a quienes buscan dejar ese hábito.
Esta prohibición, ratificada en 2016, va en contra de una tendencia cada vez más popular en decenas de países, y solo ha generado un mercado informal que responde a las necesidades de una gran comunidad de vapeadores y de personas que intentan dejar de fumar.
Se estima que cerca de 800.000 vapeadores tienen que moverse en esa informalidad para conseguir productos de calidad que, al fin y al cabo, requieren para mejorar su estilo de vida y su salud. Esta situación no puede ser ignorada, aunque eso parece ser lo que sucede.
Una ley en marcha
A raíz de nuevos estudios y evidencia científica, como la que surge en Gran Bretaña y marca que los potenciales riesgos del vapeo se sitúan en un 95% menos que los que genera el cigarrillo, el debate sobre su prohibición en Argentina ha llegado al Congreso Nacional.
Por eso al día de hoy existen dos proyectos de ley que buscan la regulación del cigarrillo electrónico. Presentados por las diputadas Estela Regidor y Beatriz Luisa Ávila, ambos se encuentran en estado de debate en comisión parlamentaria y podrían llegar a fusionarse.
Sin embargo, por más que plantean la regulación de su comercialización y su necesaria prohibición de venta a menores de 18 años, los proyectos equiparan en sus argumentos al cigarrillo electrónico con el tabaco, impidiendo que surja una política de reducción de daños.
Este último punto es clave para fomentar la efectividad del vapeo en el proceso de dejar de fumar. Asociaciones civiles que defienden y promueven el vapeo participan del debate y esperan poder modificar esos puntos para romper con el estigma que existe sobre el cigarrillo electrónico.
Hay una gran expectativa por el avance de estos proyectos porque la necesidad de un marco regulatorio que rompa la prohibición del cigarrillo electrónico en Argentina es urgente, del mismo modo que lo es poder luchar con más herramientas contra el flagelo del tabaquismo.
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