Desde que a mediados de la década pasada se insertó en el mercado como una opción eficiente para dejar de fumar, se ha querido instalar la idea de que vapear es malo. Aunque no hay evidencia definitiva de que tenga consecuencias sobre nuestro organismo, el lobby es enorme.
Por eso intentaremos desarmar ese discurso que la ciencia misma va desmintiendo a cada avance, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud la ignore y siga un rumbo irresponsable equiparando el vapeo con el tabaquismo que genera decenas de miles de muertes en el mundo.
¿Qué se sabe sobre el vapeo?
Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que generan vapor a partir del calentamiento de un líquido aromático mediante el calor brindado por una resistencia. Al inhalar y exhalar ese vapor se emula la sensación de fumar, pero sin la cantidad de toxinas del tabaco, exceptuando la nicotina.
Párrafo aparte, no todos los líquidos contienen nicotina, pero incluso los que más tienen representan un porcentaje infinitamente menor al que se encuentra en el cigarrillo tradicional, por lo que su posible riesgo para la salud se ve reducido de manera notable.
Las chances de que se generen daños pulmonares solo se dan si el consumo es excesivo y de modo desaconsejable al momento de dar caladas de vapor. Si la calada es fuerte y continua, es probable que se genere una tos persistente, y de esa manera el vapeo es malo y desagradable.
Cualquier vapeador puede incurrir en ese error, pero rápidamente se aprende a hacerlo de modo correcto. Es parte del proceso de diferenciar el acto de vapear con el de fumar, y los beneficios se perciben rápidamente en el bienestar corporal y la sensación agradable que genera el vapeo.
Es por esta razón que se propone como una herramienta muy efectiva para abandonar el tabaco, y es algo tenido en cuenta en los estudios médicos que ponderan cada vez más los aspectos positivos de recurrir al cigarrillo electrónico por los bajos riesgos de vapear para la salud.
De hecho, estudios realizados en Gran Bretaña han calificado esos riesgos 95% menos perjudiciales que los del cigarrillo convencional, una de las mayores causas de cáncer pulmonar y otras enfermedades respiratorias y cardiacas, además de ser potencialmente mortales.
Vapear responsablemente salva vidas
Mientras su popularidad crece en todo el mundo, sus efectos antitabaco y los nuevos resultados de investigaciones científicas avalan este hábito y el lobby de la industria tabacalera que plantea que vapear es malo tiene cada vez menos argumentos y la realidad lo desmiente constantemente.
No es exagerado decir que el vapeo responsable salva vidas, ya que cada persona que se pasa al cigarrillo electrónico es una persona menos víctima del tabaquismo y sus consecuencias probadas. A su vez, este cuidado de la salud viene acompañado de una experiencia placentera.
Con productos adquiridos de manera de segura, que cumplan con todos los estándares de seguridad y que utilicemos de manera consciente, reducirá los posibles riesgos de vapear prácticamente a cero. No quedan dudas de cuál es la mejor opción para dejar de fumar.
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